Cómo motivar
5 septiembre, 2008 por mycoach
Estas vacaciones he tenido la oportunidad de practicar uno de los deportes que mi cuerpo me pedía a gritos desde hacía ya algún tiempo, el «kite surf«.
Para los menos deportistas, el «kite surf» consiste en el uso de una cometa de tracción y una tabla con la que te deslizas sobre el agua. A priori todo suena muy sencillo ¿verdad? ¿Quién no ha volado una cometa en su niñez? Y deslizarse por el agua, tampoco puede ser tan difícil si existe algo que tira de ti ¿no? Entonces ¿dónde estriba la dificultad para que lo consideren como deporte de riesgo?
Pues allí me tenéis, en una fabulosa playa de Lanzarote, con un viento de 13 nudos «cross on-shore«, con mi arnés a lo «Fran Rivera», mi top negro de licra que resaltaba que las altas temperaturas estivales comenzaban a derretir mi «tableta de chocolate», y mi casco al más puro estilo «Calimero». Vaya, la envidia del Inserso. Y es en este momento que entra en escena Tommy, nuestro monitor.
No sé si habría hecho un Doctorado en Psicología, o un Master en Comportamiento Humano, pero lo que es cierto es que era un motivador nato. Desde el primer momento nos acogió con una sonrisa en su cara. Durante la explicación teórica sobre los vientos, cuáles son los óptimos para la práctica de este deporte y con cuáles no hay que salir nunca al agua utilizó la arena a modo de pizarra para hacer la explicación más gráfica.
Llegada la hora de hinchar la cometa, no sólo nos explicó qué era cada cosa, sino que nos dijo cómo hacerlo y nos tuvo practicando con el inflador -tal vez la parte más dura de toda esta experiencia.
Al elevar la cometa por primera vez nos indicó cómo utilizar las diferentes líneas. Todo eran elogios sobre lo bien que lo hacíamos, lo rápido que aprendíamos y lo pronto que podríamos estar en el agua. Incluso cuando a uno de los alumnos le traicionó su instinto y no le permitió soltar la cometa, viéndose arrastrado por la arena unos metros, no lo humilló ni dijo lo inútil que era, sino que insistió en la importancia de la seguridad en este deporte.
Cuando utilicé una «nueva técnica» para forzarme a ser arrastrado por la arena sobre mis talones, y no intentando emular a Carl Lewis y comerme literalmente la arena, se mostró interesado y me felicitó por los progresos alcanzados.
Personalmente me sentí muy bien, motivado a seguir practicando, a esforzarme más. Claro, dirá alguno, pero es que ese es su trabajo, lo que quiere es que vuelvas y contrates sus servicios. Pero ¿no es eso lo que queremos en nuestro negocio? ¿No queremos que la gente vuelva, que nuestros empleados sean más productivos, que estén contentos y quieran quedarse con nosotros?
En resumen, si bien Javier Castillo (Poty) había sido un modelo a seguir en el arte de la motivación, desde hace unas semanas también lo es Tommy, y las sencillas reglas que ambos utilizan son:
- Mostrar a los demás qué hacer para prosperar
- Sonreír y utilizar una voz pausada
- Mostrar reconocimiento para con los logros de los demás
- Felicitar a la gente por sus ideas
- Felicitar a la gente por haber intentado algo
¿Qué le impide ahora poner estas reglas en practica y obtener la ayuda de los demás?