Cucarachas
9 marzo, 2011 por mycoach
Entré en la cocina a por un poco de azúcar para mi té nocturno. Al abrir el armario donde guardo tan preciado hidrato de carbono noté entre las sombras algo que se movía detrás de los paquetes de arroz y lentejas que había en una de las estanterías. Mi curiosidad me hizo mover uno de los paquetes para confirmar que realmente algo se había movido. Al levantarlo, una marabunta de cucarachas negras saltaron alborotadas sobre mi mano, cayendo sobre la mesa de la cocina y siguiendo su camino hacia el suelo, donde se dispersaron y metieron entre los recovecos de la habitación.
Para aquellas personas con blatofobia, o aversión a las cucarachas, la lectura del párrafo anterior ha podido suponer todo un reto. Es más, es posible que ni siquiera hayan concluido su lectura. Incluso para aquellas personas que no tienen miedo a estos insectos, el mero hecho de imaginárselos rozando su cuerpo puede darles un asco tremendo. Efectivamente, estos insectos no son los más apreciados por el ser humano, ya que en muchas ocasiones implica que el entorno en el que nos encontramos está sucio.
Las personas tendemos a mantener nuestro hogar más o menos limpio. El grado de limpieza de una casa depende de muchos factores, pero en cualquier caso, cada persona tiende a acumular suciedad hasta el punto en el que ésta le resulta desagradable e incómoda para vivir.
Es en el momento en el que la suciedad de nuestro alrededor nos incomoda que echamos mano de la escoba y comenzamos a barrer nuestra casa. Cuántas veces habremos escuchado decir a alguien “noté que la casa estaba sucia porque al andar escuchaba el ruido de las migas de pan bajo mis pies. Fue entonces cuando comprendí que era hora de barrer la casa”.
Al igual que las personas debemos limpiar nuestra casa para vivir cómodamente, también debemos limpiarnos a nosotros mismos de toda la porquería que vamos acumulando con el paso de los años. Esa porquería hace que las cucarachas aparezcan en nuestra vida. Las cucarachas no son más que aquellas cosas que nos dan asco y que queremos eliminar de nuestro interior.
Sin embargo, no todas las personas reaccionan de la misma manera frente a una plaga. Las más valientes pueden hacer un zapateado utilizando a cada insecto que encuentran a su paso como tarima donde practicar; los más agresivos se armarán con un insecticida en cada mano y librarán una cruenta batalla contra estos insectos; y aquellas personas con blastofobia, es posible que te llamen con su teléfono móvil a mil metros de su residencia.
Esta actitud tan típica cuando recibimos el azote de una plaga en nuestra casa es muy similar a la que tenemos cuando nos debemos enfrentar a algo que nos da asco, algo que queremos eliminar de nuestra vida. Así nos podemos encontrar con personas que son capaces de enfrentarse a sus preocupaciones; otras que se quedan bloqueadas sin saber qué hacer ni por dónde empezar; y otras que ante su bloqueo se ponen en contacto con un especialista para que las ayude a desbloquearse y poder llevar a cabo la vida que tanto deseaban tener.
¿Eres de las personas que permite que la casa se le llene de cucarachas o prefieres aplastarlas según las ves? ¿Qué te está impidiendo dar el paso para librarte de toda esa porquería que acumulas y que entorpece tu camino hacia la vida que deseas?