Muerte de un cuento
9 diciembre, 2009 por mycoach
Los cuentos, esas narraciones breves de ficción que nos contaban nuestros padres antes de apagar la luz de la mesita de noche y dormirnos, se mueren.
¿Cómo se puede morir caperucita roja, los tres cerditos, el pastorcillo mentiroso o incluso el lobo de esos relatos? Es posible que los cuentos no mueran como tal, ya que los libros en los que están escritos no desaparecerán, pero es posible que su muerte sea más sutil, que vayan muriendo al no ser capaces de transmitir a las nuevas generaciones los valores que durante tantas noches nos inculcaron antes de cerrar los ojos y comenzar a soñar con los angelitos.
Los cuentos han sido durante generaciones el reflejo de los valores que debían tener las personas. Así, la hormiga era la previsión y el ahorro frente al despilfarro y el vivir al día de la cigarra. Pero ¿cómo podemos mantener estos valores en una situación de crisis económica como la actual, cuando nuestra sociedad tiende al consumismo más atroz de su historia, cuando las familias están hipotecadas hasta las cejas y apenas pueden llegar a fin de mes, e incluso cuando los políticos penalizan a las familias que han ahorrado su dinero en previsión de lo que les pueda ocurrir en el futuro?
¿Estamos perdiendo nuestros valores más básicos? La buena noticia es que si es así, aún estamos a tiempo de recuperarlos. ¿Cómo puedo recuperar esos valores que no sé siquiera que tengo?
Lo primero es identificar los valores que considero importantes: la salud, la familia, la honestidad, la humildad, el dinero… Una vez identificados deberé priorizarlos para saber cuál es su orden en mi vida y así poder vivir de acuerdo a ellos, formando una nueva identidad de quién soy.
Tal vez perdamos todo, pero no podemos perder nuestros valores, porque son estos los que forman nuestra identidad, y ésta, aunque evolucione con el tiempo, siempre nos acompañará.