Artículos etiquetados ‘coaching personal’
Entrenar la mente
lunes, 13 octubre, 2008
Entrenar la mente es algo que los fabricantes de juguetes electrónicos han visto como un negocio a desarrollar de un tiempo a esta parte. Estos programas ayudan a estimular el cerebro y mantenerlo joven mediante una serie de sencillos ejercicios diarios, algunos de los cuales han sido desarrollados por neurocientíficos japoneses.
Tal vez hayan sido estos mismo científicos quienes, si bien no tienen respuesta aún de cómo ocurre, hayan descubierto que una de las claves para renovar las células nerviosas del cerebro sea el mantenerlo activo. Esta regeneración de células nerviosas tiene lugar incluso en adultos mayores, lo cual les hace ser optimistas en el tratamiento de enfermedades degenerativas del cerebro como el Alzheimer, la cual afecta a un 1% de los españoles o a uno de cada ocho americanos mayores de 65 años.
Al igual que es posible la regeneración de células en el cerebro, la creación de nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro es posible a través del coaching. La desconexión de ciertas neuronas hace que eliminemos aquellas ideas o conceptos que hasta el momento saboteaban o impedían que consiguiéramos nuestras metas. Mientras que las nuevas conexiones nos generan nuevos hábitos que nos ayudan a conseguir aquellos objetivos que nos vamos marcando en la vida.
De igual manera los deportistas de élite tienen que entrenar tanto el cuerpo como la mente. No es la primera vez que algún deportista me comenta: «todo el mundo me entrena físicamente, pero nadie me entrena mentalmente«. El coaching deportivo ayuda a centrar el objetivo del deportista; a saber destruir «el muro» cuando están corriendo un maratón; a concentrarse durante esos dos segundos que dura el swing y a que los pensamientos entre un hoyo y otro no destruyan la concentración y el objetivo marcado.
Entrenar el cerebro es algo importante en nuestras vidas, bien porque queremos sentirnos jovenes, porque queremos evitar enfermedades degenerativas del cerebro, porque queremos ganar la medalla de oro, o porque queremos adquirir nuevos hábitos para alcanzar nuestros objetivos. Y ahora ¿qué te impide utilizar las herramientas que te proporciona el coaching para comenzar a entrenar tu mente?
Qué aporta el coaching a la organización
sábado, 11 octubre, 2008
Las empresas son creadas por personas que tienen una visión, y con la ayuda de otras que comparten inicialmente esa misma visión hacen que los engranajes internos de la organización funcionen, haciendo que ésta crezca.
Sin embargo, con el tiempo uno puede encontrarse con personas desmotivadas, cuyos objetivos no están claros o que dejan de estar alineados con los de la propia empresa. Es en estos momentos cuando el empleado puede dejar la empresa, o en el peor de los casos, ser despedido. Es posible que si el empleado no era un «buen trabajador» su fuga no tenga grandes consecuencias, pero en cualquier caso se pierde parte de ese talento que tenía la empresa hasta el momento.
¿Qué puede aportar el coaching a la empresa? Está claro que al estar formada por personas, el coaching aporta al individuo, pero en su conjunto, el coaching aporta a la organización:
- ayudando a sus empleados a clarificar sus objetivos, encontrar maneras de conseguir esos objetivos, y a saber que van en la dirección apropiada para su consecución;
- inspirando a sus empleados y expandiendo su conciencia sobre lo que realmente son capaces de conseguir para su propio beneficio y para su empresa, consiguiendo de esta manera resultados excepcionales para la organización;
- mejorando los resultados de la organización y de sus equipos, el alineamiento con los objetivos de negocio y aumentando la motivación del personal.
Es ahora cuando comienza el verdadero proceso de coaching.
Qué aporta el coaching al individuo
viernes, 10 octubre, 2008
Los seres humanos solemos hacer las cosas por algún motivo. Algunas veces es posible que no sepamos muy bien el por qué hacemos algo, pero en lo más profundo de nuestro ser sabemos que lo estamos haciendo porque nos aporta algo, algo que necesitamos en ese momento.
Con el coaching pasa algo similar. Una vez sabemos cuál es la definición de coaching nos comenzamos a preguntar qué nos puede aportar. Los testimonios de los coachees -o clientes- son muy variados y dependen de las necesidades que cada uno de ellos tengan en un momento puntual, pero en general se podría resumir en los siguientes puntos:
- nos ayuda a clarificar nuestros objetivos, a encontrar maneras de conseguir esos objetivos, y a saber que vamos en la dirección apropiada para su consecución;
- a través de un diálogo creativo, el coach puede inspirarnos a llegar a lo más alto, y expandir nuestra conciencia sobre lo que realmente somos capaces de conseguir para nuestro beneficio;
- podemos esperar ver resultados más rápidos, incremento de la creatividad, y mejora de la satisfacción en el trabajo.
Es ahora, cuando vemos cómo puede ayudarnos el coaching, que comienza el proceso de coaching en si.
Hipocondríacos
jueves, 9 octubre, 2008
El otro día coincidí con una persona que sobrepasa ligeramente los 180 cm de estatura, no supera los 80 kg de peso y su complexión atlética demuestra que pasa varias horas al día ejercitando sus músculos en el gimnasio. Todo iba muy bien hasta que durante nuestra breve conversación tocamos algún tema médico o más relacionado con la salud. En este momento su cara cambió por completo.
Lo que para cualquier otra persona hubiera sido un comentario sin mayor importancia, o a lo sumo le hubiera hecho recapacitar, a esta persona lo hizo palidecer. Cualquier enfermedad de la que hablábamos, la podría tener él. De hecho, entre broma y no broma, me confirmó que era hipocondríaco y que mejor cambiáramos de tema.
¿Qué es un hipocondríaco? Los hipocondríacos son personas cuya característica esencial es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo.
¿Qué hace que una persona sea hipocondríaco? Según el Dr. José Antonio García Higuera, este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Esto nos puede indicar que hay familias que son especialmente sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma los miembros de la familia aprenden a interpretar de esa forma cualquier signo corporal y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.
¿Cómo es el hipocondríaco? Este tipo de personas presentan un miedo desmedido a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad o dependencia de otros. En su libro «Inteligencia Emocional«, Daniel Goleman comenta que «el reino de la enfermedad está dominado por la emoción y por el miedo. Nuestra fragilidad emocional ante la enfermedad se asienta en la creencia de que somos invulnerables, una creencia que la enfermedad -especialmente la enfermedad grave- hace añicos, destruyendo así la seguridad e invulnerabilidad de nuestro universo privado y volviéndonos súbitamente débiles, desamparados e indefensos«.
¿Cómo puede ayudar el coaching a un hipocondríaco? Identificando esas creencias que nos impiden vivir una vida plena, analizando qué nos aporta vivir en ese mundo de angustia, identificando nuestros miedos y aquellos objetivos que nos permitan disfrutar de una vida plena.
Cómo afrontar la crisis
miércoles, 8 octubre, 2008
Desde hace ya unos meses la crisis viene afectando a nuestro bolsillos, pero tal vez haya sido durante este mes de septiembre que la hayamos notado un poco más. Es posible que el comienzo del colegio, y todos los gastos que éste conlleva en ropa y material escolar, sumado al vencimiento de los pagos realizados con la tarjeta de crédito durante las vacaciones, hayan hecho que llegar a fin de mes fuese un poco más complicado para algunas familias.
Durante estos últimos meses se ha incrementado el trabajo de las costureras, de las tiendas de segunda mano, de los talleres de coches, de los videoclubs, así como la venta de marcas blancas en los supermercados. La gente ya no tira los pantalones de hace un par de temporadas, sino que los arregla; ya no mantiene en el desván el viejo televisor, sino que lo vende para que le den algo por él; no se compra un coche nuevo, sino que hace el mantenimiento del antiguo; no va al cine, sino que alquila una película; y no le hace asco a las marcas blancas, sino que las consume por ser más baratas y de una calidad aceptable.
Es ahora cuando el común de los mortales se pregunta ¿cómo llego a fin de mes con mi sueldo? La respuesta de muchas personas sería: «Ahorrando». Efectivamente, ahorrar ayuda en este tipo de situaciones.
¿Y si buscamos aquellos gastos superfluos? Un gasto superfluo es algo que compro sin realmente necesitarlo, puede ser desde las palomitas que compro antes de entrar en el cine, pasando por la típica pizza que me traen a casa, hasta las clases de natación de nuestro hijo de tres meses. Algo que realmente no necesito ahora mismo y que puedo dejar de consumirlo sin que me pase nada hasta que lleguen tiempos mejores.
¿Y si ajustamos los gastos variables como la luz, el teléfono, la compra, etc.? Los gastos variables, junto con los mencionados en el párrafo anterior son los que realmente rompen el equilibrio de nuestras finanzas. Este es el momento para apagar esa luz que se queda encendida en la habitación cuando no hay nadie dentro, Es el momento para no pasarse horas hablando por el teléfono móvil y buscar otras alternativas para que nos salga más barato, como llamar a un fijo si se tiene tarifa plana. Es el momento para comprar marcas blancas, o buscar las ofertas en el supermercado que hagan que nuestra compra salga más económica.
En estos tiempos está bien ahorrar, pero ¿y si aumentamos nuestros ingresos? ¿Cómo podemos ganar más dinero? ¿Qué sabemos hacer que nos pueda reportar unos ingresos adicionales? ¿Quién puede ayudar dentro de la familia? En función de la edad de nuestros hijos, tal vez puedan cuidar a los niños de los vecinos, o de algún familiar; o puedan cortar el césped del vecino para ganarse un dinerillo que les permita pagarse el cine, las palomitas y mantener una línea de móvil sin que nosotros se la tengamos que comprar. Nuestras habilidades como pintor, electricista o fontanero nos pueden ahorrar también mucho dinero en las chapucillas de casa, al tiempo que nos pueden reportar algún dinerillo extra si se las ofrecemos a nuestros conocidos.
Es el momento de desarrollar nuestra creatividad, de hacernos preguntas que nos permitarn ahorrar y al mismo tiempo incrementar nuestros ingresos. Hagámonos de nuevo las preguntas que acabamos de leer en los párrafos superiores. Y recordemos mantener la creatividad dentro de la legalidad vigente en nuestro país, que seguro que así nos irá mejor.
Enfermedades crónicas
martes, 7 octubre, 2008
Este verano me informaban de que un amigo psicólogo estaba tratando a grupos de enfermos que padecían fibromialgia. La fibromialgia es una dolencia en los músculos, ligamentos y tendones cuya causa todavía se desconoce a fecha de hoy. Su diagnóstico no se basa en los resultados de radiografías, análisis de sangre ni biopsias musculares, todas ellas con resultados normales, sino en un examen clínico de los síntomas.
Debido a la cercanía con la que me toca el tema, después del verano me puse en contacto con este amigo para averiguar qué tipo de terapia estaban siguiendo en estos grupos de apoyo, cuál era el nível de recuperación de los pacientes, cuáles eran las ventajas de la terapia en grupo frente a la terapia individual, cuál era el procedimiento, etc.
La reunión que mantuvimos fue muy provechosa, y la información que me facilitó me ha servido como semilla para lanzar una iniciativa de coaching relacionada con las enfermedades crónicas.
Curiosamente la semana pasada leía un artículo titulado «Coaching, cáncer y enfermedades crónicas» que venía a corroborar algunas de las ideas que surgieron durante la reunión en relación al coaching, la terapia y las enfermedades crónicas, como:
- Aprender a priorizar qué aspectos del propio proyecto vital son más importantes
- Mejorar la comunicación
- Aprender a expresar emociones y necesidades
- Entrenarse en resolución de imprevistos
- Focalizarse en el crecimiento personal
- Desarrollar la capacidad de enfrentar retos, miedos y distinguir las limitaciones reales de las fantaseadas.
En la terapia se ha visto que el grupo ayuda bastante en la recuperación del paciente, y los grupos de trabajo en coaching pueden proponerse para:
- Enfrentar el cambio a través del movimiento
- Cuidarse a partir de la enfermedad
- Preservar la propia imagen corporal
Así que ahora ¿qué te impide tener una vida mejor?
Perdidos
lunes, 6 octubre, 2008
Perdidos es una serie americana, ganadora de un Globo de Oro y seis premios Emmy, que no sólo narra las aventuras de un grupo de supervivientes a un accidente aéreo en una isla del Océano Pacífico, sino que también es una metáfora sobre el ser humano, quien no puede salir de la isla donde ha sido confinado en el momento de su nacimiento.
Este accidente hace que cada uno de los supervivientes tenga una nueva oportunidad en la vida, sin embargo, el pasado de cada uno de ellos hace que actúen de una u otra forma en función de las circunstancias, habiendo veces en las que nos pueden parecer sus actuaciones de lo más ilógicas o irracionales. Y no es hasta que nos muestran parte de ese pasado que no comprendemos realmente los motivos que tenían para ello.
Pero la serie también nos muestra que, aunque estemos atrapados en la isla y que nuestro pasado pueda afectar en las decisiones que tomamos en nuestro día a día, también podemos cambiar. Para ello los guionistas de la serie introducen a John Locke. Este supervisor de colecciones en una fábrica de cajas tiene la habilidad de cazar y vivir de los recurso que ofrece la isla, pero también tiene la cualidad de ver los recursos de cada uno de los supervivientes, por lo que podría ser el coach de la serie.
La cualidad de ver el potencial de las personas, unida a la fuerza de sus preguntas y a la potencia de sus visualizaciones hace que aquellos que se acercan a él tomen consciencia de su realidad y comiencen a enfrentarse a sus miedos, a sus retos, a su pasado, para así iniciar el cambio que los llevará a ser alguien mejor de lo que eran hasta el momento de conocerlo.
Como dijo John Locke en uno de los capítulos de la primera temporada: «el enemigo no está entre nosotros, sino en el interior de la isla«. No importa que estemos confinados en un cuerpo toda la vida, ni que arrastremos un pasado, lo importante es que podemos cambiar y ser mejores.
Coaching religioso
jueves, 2 octubre, 2008
La religión nos ha dado unos mandamientos que seguir, unas creencias en las que basar nuestros actos, una guía que seguir para no perder el camino hacia la salvación. Es cierto que durante los últimos años la iglesia ha intentado no estancarse en el pasado, y hasta tal punto ha llegado que hace unos días encontraba un blog donde una iglesia sudamericana, fundada no hace más de 25 años por un doctor y su mujer, abría un espacio para que podamos «edificarnos y conocer más acerca de Dios, su Palabra y Su voluntad«.
Pero los pastores de esta iglesia no se quedaban ahí, sino que además creaban una sección de coaching con el objetivo de que la persona pueda «encontrar esos dones únicos que posees, tus prioridades, y a eliminar cualquier obstáculo que te impida ser, hacer o tener lo que quieres.» Si la iglesia quería ponerse al día parece que ya lo ha conseguido entrando en el mundo de Internet y en el mundo del coaching.
Personalmente pienso que la iglesia tiene que estar acorde con los tiempos que corren y no ser algo que se queda anclado en el pasado, por lo que me alegra comprobar que hasta ellos piensan en el coaching como una herramienta útil para conseguir los objetivos que nos proponemos. Sin embargo, a fecha de hoy seguía pensando que la función principal de la iglesia era la de guiar a sus feligreses, la de orientarlos para que no pierdan el camino, para que no se alejen de esos mandamientos y esas creencias que desde niños nos han inculcado. Algo así como un mentor, un tutor que nos aporta su experiencia para que podamos seguir creciendo.
Por eso me pregunto ¿cómo puede utilizar la iglesia el coaching de una forma no directiva? ¿Cómo puede eliminar nuestras creencias limitantes cuando algunas nos las han inculcado ellos mismos?
La metáfora del viento
martes, 30 septiembre, 2008
Después de practicar este verano kite-surf (ver Cómo motivar) me he dado cuenta de que una playa es como la cultura de un país. Cada playa es diferente a la que está un poco más allá, y por muy cerca que esté la una de la otra, tienen corrientes, vientos y hasta arena diferente. Lo mismo ocurre con los países, podemos tener la misma lengua, pero la entonación, los acentos, e incluso algunas palabras significan cosas diferentes.
Al entrar en la playa nos podemos encontrar con decenas de cometas rasgando los cielos, al igual que al entrar en una cultura nos encontramos con miles de personas caminando por las calles de sus ciudades. Las personas entonces se convierten en cometas. Algunas las veremos en el suelo, bien porque acaban de entrar en esa cultura, o bien porque acaban de estrellarse. Otras estarán en lo más alto, en una zona neutral, en su zona de comodidad mirando a derecha e izquierda pero sin hacer nada. Y las restantes habrán encontrado esa racha de viento que las lleva de un sitio a otro con una fuerza tal que es capaz de levantar por los aires a un adulto y hacer que tenga tiempo para hacer alguna pirueta antes de volver a tocar las olas.
¿Y cuál es el papel del coach? El coach es la persona que va sobre la tabla, el deportista que mueve las líneas para que la cometa se mueva. Pero cuidado, las líneas son las preguntas. El coach no dirige a su cliente, no lo manipula (o no debería), sino que hace que sus preguntas lo muevan hacia el viento para que la cometa tome altura o atrape ese chorro de aire que lo arrastrará sobre las olas con una fuerza tremenda.
El objetivo del coach puede ser diferente en función del momento en el que coja la cometa. Así, si la cometa está en el suelo, su función será la de elevarla poco a poco. Su objetivo será el de aumentar la autoestima de su cliente, porque la razón de la cometa no es otra que volar ¡y puede! Poco a poco irá alzándose sobre la tierra hasta llegar a lo más alto. Esa altura a la que toda cometa puede llegar y donde ésta se siente orgullosa de ser lo que es.
Una vez en lo más alto, la función del coach cambia. El coach comienza a sacar a la cometa de su zona neutral, de su zona de comodidad, moviendo las líneas de un lado a otro, haciendo preguntas. El coach comienza a notar qué preguntas tienen una respuesta mejor, dónde se aprovecha mejor la fuerza del viento. El coach tiene que estar pendiente de esas respuestas. Y una vez encontradas las respuestas con mayor energía intentará mantener a la cometa en esa zona a través de sus preguntas, para así comenzar a desplazarse del lugar en el que se encuentran a otro diferente.
Por último, mientras se desplazan por las olas, el coach deberá intentar que la cometa siga con ese impulso sin salirse de la racha de viento y dejándose llevar por el cliente, pero sin olvidarnos que son las preguntas que él hace las que consiguen que el cliente se mantenga dentro de esa corriente de aire. Y como observamos, el coach acompaña en todo momento a su cliente en el proceso.
La crisis de los 40
domingo, 28 septiembre, 2008
En el artículo «El coach de mi vida» hemos visto que las crisis pueden aparecer a cualquier edad. Sin embargo, es curioso cómo al acercarse a los 40 uno empieza a oír más a menudo lo de «la crisis de los 40«. Parece como si a esta edad se diera un cambio brusco en el curso de la vida del ser humano, llegando a oirse cosas como «se ha comprado un deportivo» o «está saliendo con un veinteañero«. Pero ¿qué tiene de diferente esta década con respecto a las anteriores? ¿Y si las repasamos brevemente?
A los 20 años parece que la gente comienza a mirarte con otros ojos. El adolescente que llevabas dentro se ha desvanecido, dando paso a ese adulto que siempre quisiste ser. Esta transformación parece haber tocado también tus cuerdas vocales, porque ahora la gente te escucha cuando comentas algo. Los universitarios más veteranos, quienes hasta hace poco te trataban como un «novato» más, ahora te tratan como a uno de los suyos. Has desarrollado un sentido de la orientación fuera de lo normal para moverte entre las aulas a través de los laberínticos pasillos de la facultad, al tiempo que te mueves con desparpajo entre las fiestas de las diferentes facultades e incluso universidades de tu ciudad. El único vínculo que te une al colegio son esas miradas y esos susurros de las personas que se encuentran a punto de finalizar y que dicen «¡está en la universidad!«.
Durante la primera mitad de la década existe un crecimiento cultural progresivo que nos permitirá encontrar y desarrollar nuestra profesión durante la segunda mitad de forma más cómoda. Durante estos 10 años el ser humano está en constante crecimiento, por lo que parece complicado entrar en crisis, lo cual no quita para que se pueda entrar en ella cuando comenzamos a trabajar en una empresa, nos mudamos a una ciudad nueva a trabajar, etc.
A los 30 años parece que, después de varios años trabajando, uno ya tiene cierta soltura en el mundo profesional en el que se mueve. Es posible que haya cambiado de trabajo una vez, por lo que sabe cómo funcionan las diferentes empresas y el mundo laboral. Los clientes te empiezan a respetar por lo que vales, y escuchan tus propuestas, mientras que con tus amigos intercambias contactos para ampliar tu red profesional.
En esta década comienzas a plantearte tus objetivos profesionales y personales. Desde vivir con tu pareja, casarte y tener hijos, hasta el puesto y la empresa en la que quieres trabajar. Esta década sigue siendo una década de crecimiento personal muy importante en nuestras vidas que puede culminar con el nacimiento de nuestro primer hijo, el llegar al puesto deseado dentro de tu empresa o cualquier cosa que te hayas propuesto. Obviamente durante esta etapa también el ser humano puede tener sus crisis personales que pueden venir dadas por la ruptura de una relación de varios años, el despido de la empresa, la dificultad para concebir un hijo, etc.
Y llegamos a los 40, una década donde las mujeres están radiantes y algunos hombres parecen haber comprendido a sus compañeras un poco más. Una época en la que, si bien te sigues desarrollando como persona y como profesional, lo haces de forma más pausada. Tus hijos comienzan a requerir un poco más de tu tiempo y la solución a los nuevos problemas que se te plantean con ellos también requieren de un mayor análisis. En el trabajo ya estamos bien posicionados, y los escalones que nos quedan hasta llegar a la cima los tenemos controlados y claros.
Esta época debería ser aquella en la que uno comienza a mimarse, en la que comienza a disfrutar de la vida y de las personas que le rodean. Sin embargo, por alguna razón, algunos seres humanos entran en esa fatídica crisis, la cual puede venir precedida de un evento traumático, como un divorcio, la muerte de un familiar cercano, el despido de la empresa, etc.
¿Quién sufre la crisis? A menudo aquellas personas quienes no han encontrado un sentido a su vida, personas que aparentemente lo tienen casi todo, pero que no se han mirado a si mismos.
¿Cómo podemos salir de esa crisis? Preguntándonos ¿Y si mi vida acabase ahora? Esta pregunta tiene la suficiente fuerza como para hacernos pensar en aquellas cosas que realmente son importantes para nosotros, permitiéndonos centrar nuestros objetivos y dar un sentido a nuestra vida.
Y para comenzar todo este proceso me quedo con la última frase de «El coach de mi vida«: «Es hora de ponerse las pilas, todos tenemos nuestro lugar en el mundo, conformarse no es bueno. Cámbialo!!«