Artículos etiquetados ‘desarrollo habilidades’
Perfeccionistas
lunes, 18 octubre, 2010
Las personas tendemos a buscar la perfección en nuestras relaciones, tanto personales como profesionales. En las primeras buscamos al hombre perfecto o a la mujer perfecta, y una vez tenemos hijos es posible que los criemos de tal manera que puedan llegar a ser los hijos perfectos, aunque en el intento se vaya nuestra salud. En la segunda intentamos encontrar al jefe, al cliente o al compañero perfecto, teniendo que desistir en la mayoría de los casos ya que ninguno de ellos se acerca siquiera a las expectativas que nos hemos creado de ellos. Y en los trabajos que tenemos que realizar ponemos gran empeño en investigar hasta el más mínimo de los detalles, lo cual supone reducir nuestra productividad a causa del tiempo invertido en la tarea.
La perfección para muchas personas no es una virtud, sino una desdicha. Estas personas tienden a frustrarse si no son capaces de alcanzar su sueño o si observan que las personas que las rodean no son perfectas. Esta perfección lleva implícita una omnipotencia de la persona, lo cual no deja de ser una fantasía de la mente más que una realidad. De hecho, las personas que se sienten idolatradas pueden llegar a ser desdichadas con su pareja, ya que esta tiende a menospreciarse, a no darse el valor que realmente tiene y, por tanto, a no darse su lugar dentro de la relación.
Hay ocasiones en las que las personas se aferran a la perfección para disimular ciertas cualidades que ellas sienten como carencias. De esta forma una persona puede investigar hasta el más mínimo detalle sobre un tema para maquillar de alguna forma una carencia técnica. Y puede dar resultado, pero aunque el conocimiento no ocupe lugar, lo que sí ocupa es: tiempo. Y el tiempo, en nuestra sociedad, es un bien muy preciado.
Tal vez sea esto, la carencia de tiempo en el entorno laboral, lo que hace que algunas personas perfeccionistas se sientan más inseguras a la hora de realizar ciertas labores, en especial en entornos de trabajo muy dinámicos. En estos entornos las tareas deben estar terminadas para ayer. Estos entornos pueden ser tan dinámicos que mientras una persona está hablando la otra ya le está enviando enlaces y documentación que puede utilizar para su trabajo. En estos entornos no parece existir tiempo material para hacer todas las tareas asignadas en un día, por lo que las jornadas de trabajo deben alargarse.
Es importante tener en cuenta que la perfección no existe. El hombre o la mujer perfecta son una fantasía que nosotros nos creamos. De hecho, si existiera esa persona perfecta, es muy posible que no necesitara estar con nosotros, ya que al ser perfecta no necesita nada. De igual manera, en el entorno de trabajo debemos ser capaces de crear un equilibrio entre el tiempo que nos asignan para realizar una tarea y la calidad con la que la podemos entregar en dicho tiempo sin que esto llegue a frustrarnos. Esto no quita para que debamos mejorar nuestras habilidades y técnicas de trabajo, las cuales nos permitirán hacer las tareas en menos tiempo y con mayor calidad.
Al final del día lo que debemos evitar es la frustración que nos genera nuestro perfeccionismo, ya que la propia perfección es una utopía inalcanzable que sólo merma nuestro espíritu y nos hace ser desdichados. El coach puede ayudar a minimizar la frustración a través de trabajar y desarrollar aquellas cualidades de la personas más debilitadas con el paso del tiempo y las circunstancias personales de cada individuo.
¿Dónde me equivoqué?
domingo, 27 diciembre, 2009
Después de una ruptura de pareja alguna de las partes se puede preguntar ¿dónde me equivoqué? Esta pregunta puede ser muy importante si nos permite mejorar nuestra próxima búsqueda de pareja, sin embargo, es importante que no se convierta en una pregunta obsesiva que me recrea en la pérdida de esa persona fomentando mi victimismo e impidiendo seguir adelante con mi vida.
El entrar en este comportamiento compulsivo donde recreo una y otra vez la pregunta fustigándome con ella, además de no ser muy positivo para nuestro equilibrio mental, sólo aumenta nuestro victimismo. Un victimismo que, por otra parte, mitiga en parte la perdida que acabamos de sufrir, pero que impide nuestro desarrollo personal y aumenta el tiempo para que podamos estar disponibles para otra relación.
Otra alternativa que suele darse a menudo se puede simplificar con la frase un clavo quita otro clavo. Es cierto que comenzar una nueva relación a las pocas horas de concluir la anterior puede mitigar en cierta manera el dolor de dicha pérdida. Sin embargo, estas relaciones puente no son más que eso, una relación pasajera donde posiblemente vuelva a cometer los mismos errores que en la anterior, o exactamente los opuestos debido al efecto rebote que tiene lugar en la persona al intentar evitar los fallos cometidos en su relación anterior.
Es importante tener en cuenta que toda pérdida requiere de un tiempo de duelo. Un tiempo durante el cual mi YO no está disponible para nada ni para nadie. Hace unas décadas, las viudas de nuestro país vestían de negro durante un año antes de comenzar una nueva relación, mostrando así que estaban de luto por la pérdida de su marido. Si bien la ruptura de una pareja es menos drástica que la muerte, no por ello es menos dramática para algunas personas. ¿Cuántas veces hemos escuchado a alguna persona decir que todavía se acordaba de su pareja después de dos o tres años desde la ruptura?
Cada persona tendrá una manera de proceder ante la ruptura de su pareja, sin embargo es importante tener en cuenta que un tiempo de duelo puede ser positivo para llegar a comprendernos un poco mejor y desarrollar aquellas habilidades interpersonales en las que más hayamos flaqueado, así como para reflexionar y recabar información sobre la persona que busco para pasar el tiempo conmigo. Asimismo es importante evitar en la medida de lo posible el victimismo y la autoflagelación, así como todas aquellas preguntas que me enganchan en un búcle y que sólo debilitan la autoestima.
Independencia y libertad
lunes, 20 julio, 2009
La independencia y la libertad parecen ser términos antagónicos: «no soy libre porque dependo de alguien«. La pregunta que surge de esta afirmación es ¿son igual de libres las personas independientes que las personas dependientes?
Para aquellas personas que hayan dudado a la hora de responder tal vez les ayude recordar el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice que «cada ser humano nace libre e igual en dignidad y derechos«. Entonces, si somos libres, si tenemos «la facultad de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que somos responsables de nuestros actos» ¿qué nos impide ser independientes?
Las personas dependientes son aquellas que están «subordinadas a una autoridad o que viven de la protección de alguien«. Estas personas no están sometidas, sino sujetas a alguien por diferentes motivos: económicos, sentimentales, culturales, etc. Por tanto ¿cómo podemos ser independientes?
Desarrollando aquellas capacidades y conocimientos en áreas específicas que permitan al individuo valerse por si mismo. En función de la edad del individuo las áreas son diferentes, desde aprender a ponerse la ropa y comer solo, pasando por aprender a cocinar y gestionar la casa, hasta aprender y desarrollar las habilidades técnicas de nuestro futuro trabajo. Sin embargo ¿qué puede bloquear mi camino hacia la independencia?
Según Erich Fromm es el «miedo a la libertad» lo que hace que tanto individuos como sociedades enteras dependan de otras personas o estados. Es el miedo a tener que enfrentarse a las dificultades por uno mismo, el miedo a responsabilizarse de los actos realizados, el miedo a… el propio miedo. ¿Y cómo quito el miedo de mi camino?
Hay muchas formas de quitar el miedo, pero la que aquí se propone es la motivación, la motivación que cada persona tiene para conseguir su objetivo. El niño pequeño tendrá sus motivaciones para vestirse por si solo y no ser acompañado al colegio; el adolescente tendrá otras diferentes para tener su propia casa y vivir con su novia. En cualquier caso una buena motivación y un buen plan de acción pueden permitir a las personas alcanzar su independencia en cada fase de su vida. ¿Quién me puede ayudar en este camino?
Los padres son un buen referente en las primeras etapas de desarrollo del individuo, si bien con posterioridad un coach puede ser de gran ayuda en la identificación de nuevos objetivos y desarrollo de planes de acción más elaborados.
Etapas del aprendizaje
miércoles, 13 mayo, 2009
Las etapas del aprendizaje para alcanzar una capacidad destacada son cuatro: incompetencia inconsciente, incompetencia consciente, competencia consciente y competencia inconsciente.
La incompetencia inconsciente es cuando ni siquiera conocemos la existencia de algo ni, consecuentemente, cómo funciona. Este puede ser el caso de un niño de siete años que no conoce la existencia del correo electrónico o no ha percibido la existencia del cambio de marchas del coche cuando sus padres lo llevan de viaje.
La incompetencia consciente ocurre cuando la persona se da cuenta de que ese algo existe, aunque no sabe muy bien para qué sirve, ni llegue a entender la explicación que le dan. Puede ser el caso del niño que pregunta por la utilidad del correo electrónico o para qué sirve esa palanca que mueven constantemente sus padres en el coche cuando conducen.
La competencia consciente es el momento cuando, después de haber recibido las instrucciones, nos ponemos manos a la obra de forma reflexiva, pensando cada paso que tenemos que dar, aunque a veces nos equivoquemos y nos salga mal. Es lo que ocurre la primera vez que nos montamos en el coche y lo queremos poner en movimiento, tenemos que pensar cuál es la siguiente acción a realizar; o cuando enviamos un correo electrónico por primera vez, algunos nos pueden ser devueltos.
La competencia inconsciente es el momento en el que la persona alcanza la destreza de esa competencia o habilidad. Es cuando algo nos sale de manera automática, sin pensar. Cuando hacemos un recorrido en coche ya no pensamos qué marcha meter, o cuándo cambiarla, es algo automático. Somos capaces de clasificar los mensajes recibidos en nuestra cuenta de correo electrónico en carpetas, recibiendo y enviando decenas de mensajes al día.
Las personas alcanzan una destreza en sus habilidades interpersonales siguiendo esta misma secuencia, si bien el tiempo que cada persona requiere para superar las distintas etapas dependerá de sus capacidades, de su grado de motivación y de su autoestima, elementos estos con los que ayuda un coach para minimizar el tiempo de aprendizaje total.
Desarrollo de habilidades técnicas
lunes, 3 noviembre, 2008
El desarrollo de habilidades técnicas en el trabajo es fundamental si queremos ser mejores profesionales y crecer hacia puestos de mayor responsabilidad en nuestra empresa.
A fecha de hoy las grandes empresas tienen elaborados sus planes de carrera para cada empleado que entra a trabajar con ellos. En estos se recoge la formación que se le proporcionará a cada individuo para capacitarlo técnicamente en la realización de su trabajo, desde cursos de finanzas o análisis de negocio hasta cursos de diseño o gestión de la cadena de suministros.
Pero la economía de este país no la mantienen las grandes empresas, sino las pequeñas y medianas empresas. ¿Qué ocurre con los planes de carrera de sus empleados?
Si bien las medianas empresas pueden tener un pequeño departamento de recursos humanos, las pequeñas empresas y las microempresas pueden tener departamentos tan reducidos que pueden ser inexistentes. Esto no quiere decir que no exista un plan de carrera para los empleados de estas empresas, sino que hay que añadir un reto adicional a la cartera de los directivos de estas empresas, ya que serán ellos quienes tengan que desarrollar estos planes.
¿Qué ocurre cuando no existe un plan de carrera? En estos casos la habilidad técnica de los empleados se verá mermada a futuro. No sólo eso, sino que además, los empleados más activos pueden comenzar a buscar empleo en otras empresas que cuiden más el desarrollo de su carrera profesional. En el mejor de los casos el empleado no se quedará en la empresa, pero al acomodarse a la situación, hará el trabajo que está capacitado a hacer disminuyendo los ingresos de la empresa.
Por tanto, uno de los factores a tener en cuenta a la hora de analizar las habilidades de nuestros empleados son las habilidades a nivel técnico que estos tienen. El coach puede facilitar la carrera profesional de los empleados y hacer que estos no pierdan su objetivo de vista, al tiempo que hacen que el proceso de crecimiento profesional sea más eficiente y rápido para todos.
La frustración del creativo
miércoles, 22 octubre, 2008
La frustración del creativo viene dada cuando le privan de lo que esperaba, es decir, cuando no reconocen el valor de su obra, o lo que es lo mismo, su capacidad creativa.
En el artículo «Coaching creativo» vimos que «la creatividad es la facultad de crear algo de la nada«, mientras que Sir Ken Robinson iba un paso más allá y añadía que «la creatividad es tener ideas originales que tienen valor«. Y es aquí donde está el meollo de la cuestión ¿quién otorga el valor a las ideas?
El valor lo puede dar el propio jefe, el público o el cliente que ha solicitado el proyecto en cuestión, pero siempre hay alguien que otorga un valor a esa idea. Ahora bien ¿cómo puede una persona otorgar un valor u otro a una idea original? Este valor es algo subjetivo que nadie puede medir, sin embargo, una persona le puede dar mayor valor a una idea en función de lo que ésta le aporte.
Entonces es posible que un creativo pueda darle eso que necesita a su cliente, pero ¿cómo puede aportar más? A través de un mayor conocimiento de su cliente. Cuánto más sepa sobre él, lo que le gusta hacer, sus anhelos, sus motivaciones, sus preocupaciones, etc. tendrá una idea más clara de hacia dónde debe enfocar su creatividad para aportar a su cliente aquello que busca.
Para ello no sólo deberá formular preguntas abiertas y utilizar la escucha activa para generar otras nuevas, sino que deberá desarrollar estas habilidades para saber formular preguntas más potentes y captar cualquier detalle en sus respuestas, por ínfimo que este pueda ser.
La labor del coach en el desarrollo de habilidades es muy importante, ya que de ello puede depender que una persona siga frustrada o no. En este caso concreto el coach puede ayudar a modificar la pauta de las preguntas, a desarrollar preguntas más positivas, más potentes, preguntas que puedan ayudar a que el cliente se abra más y esté más receptivo, más cómodo. Asimismo puede ayudar a desarrollar la escucha activa, de suma importancia para generar nuevas preguntas que nos pueden llevar a lugares donde hasta hoy no habíamos estado.
¿Qué te impide desarrollar tus habilidades hoy mismo para sentirte mejor mañana?
Origen del término “Coach”
viernes, 8 agosto, 2008
Cada día es más frecuente oír la palabra “coaching” en alguna de nuestras conversaciones diarias. Hoy en día no es raro oír que alguien está en un proceso de “coaching”, o que su empresa le ha puesto un “coach”, pero ¿alguien sabe lo que es un “coach”?
Más de un lector habrá saltado de su asiento y habrá gritado (espero que para sus adentros si está en un lugar público): “¡Un entrenador!”. Cierto, el término “coach” es utilizado en la cultura anglosajona para referirse al entrenador de un equipo. De hecho el término coaching fue utilizado por primera vez en el área deportiva para optimizar el rendimiento de los atletas en las competiciones.
Sin embargo, si alguien ha gritado: “¡Un autocar!”, que no se sonroje. Aunque pueda parecerles mentira a los primeros, esta palabra también se utiliza para referirse a un autocar en los países anglosajones. Es más, son estos últimos los que se encuentran más cerca al origen del término que los primeros. ¿Cómo es eso posible? – se preguntará más de uno ¿Y si saciamos nuestra curiosidad?
Durante los siglos XV y XVI, la ciudad húngara de Kocs se convirtió en parada obligatoria para todos los viajeros que hacían el trayecto entre Viena y Budapest. Fue en esta ciudad donde comenzó a utilizarse un carruaje con un sistema de suspensión que hacía mucho más cómodo el viaje. Empezó así a hablarse del “kocsi szekér” o “carruaje de Kocs”, símbolo de la excelencia en aquella época.
El término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio, al inglés como coach y al español como coche, siendo a mediados del s XVI cuando se escucha por primera vez el término en nuestro país gracias a una declaración de Luis de Ávila (Guerra de Alemania – 1548): “Se puso a dormir en un carro cubierto, al que en Hungría llaman coche”. Años más tarde aparecerá el término coche integrado en el léxico español en una obra de Fonseca (1569), según atestigua el Diccionario de Autoridades (1729, s.v.).
De igual manera, la función de un coach es la de transportar a las personas del lugar en el que se encuentran actualmente a otro donde quieren llegar. Y al igual que en el coche, es el conductor el responsable del rumbo, así como de las decisiones y consecuencias que se tomen durante el mismo. El coche en sí no es más que una ayuda, una herramienta que nos permite llegar antes a nuestro destino.
En este sentido la International Coach Federation (ICF), define al coach profesional como la persona que ofrece una colaboración permanente que ayuda a los clientes a obtener buenos resultados en sus vidas personales y profesionales, así como a mejorar su rendimiento y su calidad de vida.
Para la Federación, el coach está preparado para escuchar, observar y personalizar su enfoque en función de las necesidades del cliente, intentando obtener de este las soluciones y estrategias necesarias, ya que, por naturaleza, el cliente es creativo y cuenta con recursos. Por tanto, el trabajo el coach consiste en prestar su apoyo para mejorar las capacidades, los recursos y la creatividad que ya tiene el cliente.