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Cenicienta tiene coach
viernes, 30 enero, 2009
Decir que Cenicienta tiene coach puede parecer una afirmación un tanto estrambótica, pero no está carente de sentido.
La historia de esta joven tiene dos puntos de inflexión importantes. El primero ocurre durante su niñez, en el momento en el que su padre se casa con una viuda a los pocos meses de morir su madre. A partir de este momento la vida de la pequeña cambia por completo. De disfrutar de los lujos que le podía proporciona el ser hija de un rico comerciante, a sufrir las humillaciones de las nuevas inquilinas y realizar los trabajos más sucios de la casa. Tal es el punto al que llegan estas humillaciones que la joven pierde el privilegio de dormir sobre su cama para hacerlo sobre las cenizas al lado de los fogones, y de aquí que la llamaran Cenicienta los hermanos Grimm.
El segundo punto de inflexión ocurre durante su adolescencia, en el momento en el que el rey invita a todas las jóvenes solteras del reino a una fiesta para que su hijo pueda escoger esposa. Es en este momento cuando Cenicienta identifica claramente su objetivo y se motiva para realizar los cambios que la permitirán conseguir su objetivo: ir al baile y conocer al príncipe.
Lo que hasta el momento eran dificultades ahora se convierten en retos. De esta forma es capaz de seleccionar las lentejas de entre las cenizas tal y como le pidió su madrastra en un intento por evitar que fuera al baile. Desafortunadamente es obligada a quedarse en casa. Según los hermanos Grimm esto la lleva a llorar sobre la tumba de su madre donde aparece de nuevo el pájaro blanco, aunque el argumento de Perrault hace que la joven acuda donde su tía.
Se podría decir por tanto que el pájaro blanco y la tía son el coach de Cenicienta. En ambos casos sacan a relucir lo mejor de la joven, elevan su autoestima con trajes, zapatos y carruajes y hacen que sus habilidades sociales, adormiladas hasta el momento, vuelvan a aparecer para poder hablar y bailar con el príncipe durante la fiesta.
Cenicienta tenía todo lo necesario dentro de ella, su coach sólo hizo que floreciera en el momento en el que ella estuvo motivada para el cambio. Y tal fue el cambio que se produjo que sus hermanas no fueron capaces de reconocerla. Incluso su propio padre duda de que sea su hija cuando es preguntado por el príncipe.
Así que se puede decir que de una u otra forma, la imagen del coach, de esa persona que te acompaña en tu camino y que es capaz de sacar lo mejor de la persona siempre ha estado presente en la literatura, incluso en los cuentos de hadas. Y ahora ¿qué te impide ser una Cenicienta más?