Artículos etiquetados ‘hombre perfecto’
Volver a enamorarse
jueves, 24 diciembre, 2009
Estar enamorado es una de las mejores sensaciones que tenemos a lo largo de nuestras vidas. Por muy mal que lo pasemos al romper con una persona, una vez pasado el periodo de duelo estamos de nuevo buscando una pareja de quien volver a enamorarnos y con quien compartir nuestra vida.
Una vez estamos disponibles para encontrar a ese hombre o mujer con quien compartir nuestros tiempo, a esa persona imperfecta que nos llene de alegría y felicidad, buscamos señales en toda persona que nos rodea con el afán de encontrar alguna pista con la que podamos afirmar «¡ésta es la persona con la que quiero estar!».
Las sensaciones que obtenemos cuando nos enamoramos pueden ser tan fuertes que si al llegar el fin del año no hemos encontrado a esa persona, es posible que nos pongamos como propósito de año nuevo encontrar una persona con quien compartir nuestro mundo… ¡otra vez!
Todos queremos estar enamorados el mayor tiempo posible, queremos sentir esas mariposas en el estómago, esperar la llamada de la otra persona, incluso rozarla fortuitamente a lo largo del día para sentir esa chispa que nos hace sonrojarnos. Esta puede ser una de las razones por las que algunas personas pueden llegar a ser auténticos maestros en el arte de la seducción.
Algunos dicen que no hay que buscar el amor, que viene por sí solo. Otros aseguran que hay que buscarlo para encontrarlo. Independientemente de cuál sea nuestra tendencia, lo que está claro es que hay que estar abierto y receptivo, hay que estar disponible para la otra persona. Y no sólo eso, sino que también es importante tener claro qué es lo que quiero en este momento de mi vida. Para ello nos puede venir bien conocer cuáles son nuestros valores personales, cuáles de ellos puedo ofrecer a mi pareja y cuáles busco en ella.
La buena noticia es que hay una persona que nos hará felices y con quien desearemos estar el resto de nuestra vida. Lo importante ahora es saber si no la hemos encontrado debido a que no hemos topado con ella o si es debido a esos miedos irracionales que nos impiden hablar con ella, por muy paradójica que sea esta vida.
La mujer imperfecta
jueves, 17 diciembre, 2009
Algunos de los cuentos que nos contaban en nuestra infancia representaban a la mujer como a una persona simpática, cálida, dulce, con dotes para el canto y el baile, con la casa siempre impoluta y con una imagen radiante a cualquier hora del día. Se podría decir que una mujer perfecta en muchos sentidos. Sin embargo ¿cómo afectan estos mitos de infancia a la mujer moderna?
Asumamos que existe la mujer perfecta, al igual que puede existir el hombre perfecto. Esta mujer no sólo tendría las capacidades y competencias para hacer todo lo descrito anteriormente, sino que además tendría una vida laboral donde desempeñaría su trabajo de forma magistral en las nueve o diez horas que pasaría en él diariamente.
Si esto fuera así, la mujer actual dejaría de ser Ceninicienta (por mucho coach que pueda tener) para pasar a ser Superwoman, una mujer que puede con todo, que hace las cosas rápido y bien, y además tiene tiempo para estar con sus amigos y compañero sentimental. ¿Es en esto en lo que se ha convertido la mujer actual, en una supermujer?
Es posible que algunas mujeres de nuestra sociedad se hayan convertido inconscientemente en supermujeres, sin embargo hay que tener presente que los superhéroes también son imperfectos. Por ejemplo, Superman es sensible a la kriptonita, un fragmento de roca de su planeta natal que lo deja totalmente indefenso mientras está expuesto a su radiación; y Batman o Spiderman son tan humanos como nosotros, por lo que tienen las mismas debilidades y flaquezas que cualquier humano, por mucho traje antimisiles que se ponga o detector arácnido que tenga.
Pero lo más curioso de todo es que estos superhéroes no tienen una vida completa, es decir, no tienen familia, ni niños con los que lidiar al llegar a casa. Cada vez que alguno de ellos comienza un romance, es muy posible que termine en fracaso. Cuando alguno de ellos intenta casarse, la boda termina arruinada por alguno de los supervillanos. Siempre están a un tris de conseguir su plenitud, pero apenas pueden rozarla con la punta de los dedos, quedándose en algo más platónico que otra cosa.
Así, es posible que algunas supermujeres de nuestros días también se encuentren con estas dificultades que tienen los superhérores a la hora de realizarse como personas. Esto puede producir una gran frustración si la mujer ve que no es capaz de conseguir aquello que se ha propuesto en el tiempo estimado. Es la propia mujer la que, para su desgracia, se ha auto-impuesto esa imagen de perfección, de poder llevarlo todo a cabo en el tiempo que estamos en este planeta.
La buena noticia es que tanto el hombre como la mujer somos imperfectos, que ambos buscamos esa imperfección perfecta para mitigar nuestros defectos y sentirnos completos tanto como personas como profesionales. Ahora sólo queda saber qué es lo que impide que nos quitemos la capa y nos volvamos humanos, igual que hizo Superman en una ocasión.
La imperfección perfecta
martes, 2 diciembre, 2008
La imperfección perfecta no es otra cosa que uno mismo, que tu pareja, que todo aquello que te rodea y cuya imperfección te atrae hasta tal punto que eres capaz de gozar con ello, de disfrutar de su visión y hasta de compartir tu vida con esa persona.
Durante nuestra juventud los cuentos de hadas nos hacen buscar a nuestro príncipe azul o a nuestra princesa encantada. Esos cuentos se quedan tan metidos en nuestro subconsciente que durante nuestra adolescencia buscamos a esa persona que nos atraiga físicamente, a esa persona que al estar junto a ella nos haga populares, sin importarnos cómo es por dentro, qué valores tiene y si estos son similares a los que buscamos en nuestra pareja.
Afortunadamente según vamos madurando nos vamos dando cuenta de que la belleza no lo es todo, que el príncipe o la princesa que nos salve de las garras del horrible monstruo de nuestra aburrida vida no existe, o por lo menos se da en raras y contadas ocasiones. De hecho, el hombre o la mujer perfectos, de existir, no necesitarían estar con nosotros, porque son perfectos, y esa perfección hace que no necesiten de nadie. Tal vez sea esta la razón por la que al pisar el suelo por el que andamos nos demos cuenta de que la humanidad es imperfecta, de que sólo somos perfectos en nuestras fantasías.
Y es por esto que podemos disfrutar de la vida, no porque seamos personas que disfrutemos de las imperfecciones ajenas, sino porque al ser imperfectos somos como una pieza de un rompecabezas, y por tanto necesitamos de otras piezas que nos complementen y con las que poder terminar nuestro puzzle.
¿Y que tiene que ver el coaching con todo esto? Muy sencillo, el coaching te ayuda a encontrar tu esencia, tu YO más profundo, tus valores, al tiempo que hace que aumente tu autoestima y esto te permita enfrentarte a los retos que la vida te plantea cada día con energía, ya que tienes claros tus objetivos, tus valores y lo que realmente buscas.
El arte de seducir
lunes, 22 septiembre, 2008
¿Cuál es la ventaja que George Clooney, Alejandro Sanz o Ricky Martin tienen sobre nosotros a la hora de seducir a una mujer? Algunas de las respuestas que podríamos oír serían «¡Son guapos!«, «¡Son famosos!«, «¡Tienen dinero!«.
Efectivamente, nada de eso les falta, pero ¿y qué más? ¿Qué es lo que han hecho? ¿Qué más se te ocurre? ¿No es cierto que cuando ellos aparecen en escena, el resto de los mortales desaparecemos, nos hacemos invisibles? Por mucho que saltemos, por muy fuerte que gritemos, por muchos insultos que profiramos hacia esos famosos… ¡ellas nos ignoran!
¿Cuál es por tanto el primer paso en el arte de la seducción? Cualquier persona que quiera ser un buen seductor debe obtener la atención de la persona a quien quiere seducir.
¿Cómo obtengo la atención de la otra persona? A continuación listo las mejores maneras:
- Utiliza el sentido del humor
- Despierta su curiosidad
- Actúa como si la conocieras
- Muestra una personalidad grandiosa
Aunque ya he hablado de lo beneficioso de la sonrisa en mi artículo «Sonría, por favor«, vuelvo a insistir en el tema, ya que las mujeres aman al hombre que las hace reír, y es posible que de ahí provenga la frase de Woody Allen «No temas al hombre apuesto que se acerca a tu mujer, sino al que la haga reír«.
La risa cambia el estado fisiológico y el enfoque mental que experimentan las personas, interrumpiendo su patrón de pensamiento, y pudiendo reenfocarlo hacia aquello que más te interese en ese momento.
¿Qué ha pasado cuando estabas de mal humor y un amigo te ha hecho reír? Te has encontrado mejor ¿verdad? ¿Y por qué no hacer que la persona que te gusta se sienta mejor? Este interruptor, que es el humor, te permitirá acercarte a cualquier persona y obtener su atención.
Una vez tengas su atención debes mantenerla enfocada en ti, para lo cual es importante actuar como el hombre perfecto.
El hombre perfecto
domingo, 21 septiembre, 2008
Al salir a la calle podemos ver a mujeres hermosas con hombres que no tienen el físico de un joven galán ni la musculatura de Stallone. ¿Qué hace que estos hombres sean «perfectos» para estas mujeres?
Estos hombres han conmovido la sensibilidad de sus compañeras. Son maestros en el arte de escuchar y se muestran receptivos en todo momento a lo que la mujer que los acompaña tiene que expresar. Son el confidente ideal. Así cautivan su sensibilidad.
Pero la sensibilidad no es sólo escuchar y hablar, sino los gestos y las actitudes necesarias para que su deseo se desate. Estos gestos se descubren mediante el diálogo. Y es gracias a este diálogo que uno puede percibir la singularidad entre una mujer y otra.
¿Cómo puedo encontrar la sensibilidad de mi compañera? A través de preguntas abiertas que permitan recabar información sobre lo que le gusta, sus penas y sus alegrías. Hay que elaborar preguntas que comiencen por: Qué, Cómo, Dónde, Cuándo y Cuánto, las cuales dan pie a respuestas con mayor contenido e información que aquellas que generan sólo una respuesta monosilábica.
Adicionalmente hay que practicar la escucha activa, la cual permitirá generar nuevas preguntas y nos evitará caer en los errores más comunes del «hombre imperfecto«. El típico «¡es que no me escuchas!» es un aviso para saber si vamos por el buen camino. Si lo oímos muy a menudo… ¡algo estamos haciendo mal!