Artículos etiquetados ‘limites personales’
Suicidio profesional
martes, 12 octubre, 2010
No cabe duda de que en algunos entornos laborales podemos toparnos con algún mando que nos puede agredir verbalmente y que nos puede humillar delante de nuestros compañeros haciendo que nuestra vida sea un verdadero infierno. Este tipo de personajes hacen que nuestro corazón se acelere cada vez que están a menos de cinco metros de nosotros, que nuestra presión arterial suba hasta límites que pueden provocar un infarto de miocardio o un derrame cerebral, e incluso son capaces de desarrollar nuestra imaginación hasta el punto de que somos capaces de fantasear con situaciones que hasta entonces nos parecían propias de una película de terror.
Por mucho que este tipo de personas nos humillen y nos lleven hasta límites insospechados, la mayoría de las veces no hacemos ni decimos nada por miedo a perder nuestro puesto de trabajo. Por lo tanto, nuestro sentimiento de rabia y odio hacia dicha persona sigue aumentando de manera exponencial. Con el transcurso del tiempo es posible que estallemos, arruinando la carrera profesional que veníamos labrando hasta el momento.
Es posible diferenciar dos tipos de personas que pueden tener este tipo de explosiones emocionales. Por un lado están los que llamaremos los suicidas, masoquistas que no dudan en lanzar al aire todo tipo de comentarios con el único fin de ser despedidos. Lo único que desean estas personas es ser castigadas por su superior, porque en el fondo gozan siendo maltratadas por la otra persona. A estas personas no les importa las consecuencias que sus acciones puedan tener sobre su carrera profesional.
En el lado opuesto están las personas a quienes les importa su carrera profesional pero quienes han ido acumulando una carga emocional de tal magnitud que tiende a explotar en el momento más inoportuno, arruinando de esta forma todo lo creado hasta el momento. Estas personas no gozan con la humillación, sino que desean el respeto de sus compañeros y superiores, pero es la ausencia de autoestima en ellas lo que las lleva a este punto de no retorno.
Si bien las primeras son kamikazes que arriesgan de forma temeraria su carrera profesional, y poco puede hacerse por ellas, las segundas pueden salvarse de la quema si desarrollan su habilidad para gestionar sus emociones, si desarrollan su autoestima y comienzan a quererse un poco más a sí mismas. Un coach puede ser una ayuda muy positiva en estos casos, ya que puede ayudar a desarrollar la gestión de sus emociones al tiempo que refuerza y eleva la autoestima de la persona a través de la utilización de herramientas que aceleran el proceso.
Somos diferentes
viernes, 10 septiembre, 2010
Hace unos días una persona me afirmó con rotundidad que «todas las personas somos iguales«, y es cierto, desde el momento en el que nacemos adquirimos unos derechos fundamentales reflejados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 que son independientes del sexo, la raza y las creencias de cada persona. De igual manera esta igualdad política es la que los movimientos feministas llevan reclamando desde hace más de un siglo con el objeto de que las mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades que sus homólogos masculinos en el mundo laboral. Sin embargo, durante el transcurso de la conversación me dí cuenta de que la palabra iguales debía ser sustituida por la palabra idénticos, ya que realmente, lo que afirmaba esta persona, era que todos los seres humanos disponemos de las mismas cualidades físicas e intelectuales para realizar con maestría actividades como estudiar, conducir, bailar o jugar al fútbol.
Hace unos tres mil millones de años comenzó la vida en nuestro planeta a partir de una criatura unicelular que tenía que dividirse para poder sobrevivir. Esta división celular daba como resultado otra copia exacta, por lo que la apariencia permanecía intacta a menos que hubiera una mutación en su estructura. De esta manera los cambios eran lentos y la apariencia de estos primeros pobladores de la Tierra permaneció inalterada durante millones de años.
No se sabe muy bien cómo la célula se las ingenió para intercambiar genes con otras células hace ochocientos millones de años. Pero las nuevas células heredaban de esta forma cualquier ventaja de supervivencia adquirida por las células padre y lograban de esta manera ser más fuertes y resistentes que sus progenitoras. Así aparecerían hace seiscientos millones de años los animales vertebrados, y hace trescientos millones de años los animales comenzaron a respirar y a andar por la tierra como resultado de este intercambio genético.
Hay que tener en cuenta que es este intercambio de ADN el que hace que los propios integrantes de una misma familia tengan rasgos similares entre ellos, aunque en algunas ocasiones puedan ser tan diferentes los unos de los otros. Actualmente el ser idéntico a otra persona, o tener los mismos caracteres hereditarios, sólo ocurre con los gemelos nacidos de un mismo óvulo, ya que la clonación de seres humanos está prohibida por motivos que atentan contra la ética.
También es importante tener en cuenta que nuestras características físicas y mentales también pueden ser diferentes en función de nuestro sexo, ya que algunas enfermedades o características hereditarias sólo se transmiten a través del cromosoma X o el Y, cromosomas estos que definen el sexo de las personas.
Por tanto es posible que las personas que crean que todos los seres humanos tenemos las mismas capacidades para realizar con maestría todas las actividades de nuestro día a día deban preguntarse si la frustración de encontrar sus limitaciones tiene algo que ver con ello. Si la necesidad de aumentar su autoestima para no verse como un fracasado está afectando a sus decisiones. Si el odio que procesa hacia aquellas personas que consiguen sus objetivos y que tienen características diferentes a las suyas no hace que su forma de enfrentarse a la vida sea diferente pudiendo verse arrastrado hacia el abismo y la oscuridad.
Tal vez la mejor manera de proceder en estos casos sea la de mirarse a uno mismo, identificar mis limitaciones reales, mis recursos y plantearme unos objetivos realistas en función de lo que actualmente tengo y lo que puedo adquirir durante mi camino hacia el objetivo marcado; para lo cual un coach es una ayuda puntual en estos momentos de incertidumbre y frustración que me puede permitir mejorar mi vida.