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Hipocondríacos
jueves, 9 octubre, 2008
El otro día coincidí con una persona que sobrepasa ligeramente los 180 cm de estatura, no supera los 80 kg de peso y su complexión atlética demuestra que pasa varias horas al día ejercitando sus músculos en el gimnasio. Todo iba muy bien hasta que durante nuestra breve conversación tocamos algún tema médico o más relacionado con la salud. En este momento su cara cambió por completo.
Lo que para cualquier otra persona hubiera sido un comentario sin mayor importancia, o a lo sumo le hubiera hecho recapacitar, a esta persona lo hizo palidecer. Cualquier enfermedad de la que hablábamos, la podría tener él. De hecho, entre broma y no broma, me confirmó que era hipocondríaco y que mejor cambiáramos de tema.
¿Qué es un hipocondríaco? Los hipocondríacos son personas cuya característica esencial es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo.
¿Qué hace que una persona sea hipocondríaco? Según el Dr. José Antonio García Higuera, este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Esto nos puede indicar que hay familias que son especialmente sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma los miembros de la familia aprenden a interpretar de esa forma cualquier signo corporal y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.
¿Cómo es el hipocondríaco? Este tipo de personas presentan un miedo desmedido a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad o dependencia de otros. En su libro «Inteligencia Emocional«, Daniel Goleman comenta que «el reino de la enfermedad está dominado por la emoción y por el miedo. Nuestra fragilidad emocional ante la enfermedad se asienta en la creencia de que somos invulnerables, una creencia que la enfermedad -especialmente la enfermedad grave- hace añicos, destruyendo así la seguridad e invulnerabilidad de nuestro universo privado y volviéndonos súbitamente débiles, desamparados e indefensos«.
¿Cómo puede ayudar el coaching a un hipocondríaco? Identificando esas creencias que nos impiden vivir una vida plena, analizando qué nos aporta vivir en ese mundo de angustia, identificando nuestros miedos y aquellos objetivos que nos permitan disfrutar de una vida plena.